El pasado día 7 de agosto, en declaraciones a un medio de comunicación, la presidenta del Gobierno de Cantabria confirma que su equipo sigue adelante en el empeño de derogar la vigente Ley de Memoria Democrática regional.
Estas manifestaciones veraniegas no nos cogen por sorpresa, aunque sí son portadoras de novedades.
No es novedad que el P.P. de Cantabria, en este y otros asuntos, no se distinga en nada de sus colegas extremistas de VOX.
Otra vez, después de cuarenta años de franquismo, tenemos a Partido Popular y VOX unidos en un intento absurdo de establecer una política de olvido forzoso, negando un golpe de estado y la atroz represión desatada durante décadas por esos golpistas y sus cómplices, pese a las reiteradas denuncias de la ONU, del Consejo de Europa, de las entidades memorialistas, de la Ley estatal de Memoria Democrática, del gobierno de España y de la resistencia demostrada recientemente en actos y manifestaciones por la ciudadanía cántabra.
Sí es novedad que el P.P., actual gobernante en Cantabria, actúe de forma discordante con la política de no confrontación directa adoptada por su mismo partido en Comunidades autónomas muy significativas (por ejemplo, Andalucía), concretada en la no derogación de sus leyes autonómicas de Memoria Democrática ni insistir en los despropósitos de las denominadas “Leyes de Concordia” (más bien discordia).
Después de las declaraciones de la Sra. Buruaga, la Plataforma “Memoria y Democracia de Cantabria” reitera ante la opinión pública parte de nuestro manifiesto fundacional de octubre pasado:
“La Plataforma articulará una respuesta plural, diversa y profundamente democrática a los intentos de recuperar los discursos que legitiman el golpe de Estado y la dictadura, cuyas consecuencias aún sufrimos.
Invitamos a la ciudadanía a rechazar la tergiversación de nuestra historia y los mensajes que niegan, minimizan o legitiman un régimen de terror que dejó decenas de miles de víctimas y a movilizarse para construir sobre el reconocimiento de la verdad histórica, un futuro digno en el que el pasado no sea un desierto de memoria ni un bosque de silencios vergonzantes”.
Porque una democracia no puede sustentarse en el desconocimiento de los que lucharon por ella.
Así no. Nos tienen enfrente. Santander, a 16 de agosto de 2024
“Sin Memoria no hay Democracia”
“Sin Memoria no hay futuro”